آلبارو سپه‌دا سامودیو - گابریل گارسیا مارکز

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Álvaro Cepeda-Samudio
Cienaga

Escritor y periodista costeño (Ciénaga, Magdalena, marzo 30 de 1926 - Nueva York, octubre 12 de 1972). Cuentista y novelista, Alvaro Cepeda Samudio hizo los estudios secundarios en el Colegio Americano de Barranquilla, y en 1949 viajó a Estados Unidos a estudiar periodismo en la Universidad de Columbia, en Nueva York. En 1951 regresó a Barranquilla, y trabajó como corresponsal de The Sporting News. En 1955 se casó con Teresita Manotas. Como periodista y gran apasionado de los deportes, cubrió eventos deportivos para el periódico El Nacional; en 1951 tuvo una columna en la página editorial de El Heraldo, titulada "La brújula de la cultura"; y fue director del Diario del Caribe. Participó, como guionista y actor, en el cortometraje La langosta azul, al igual que en otras películas cortas y en un noticiero de cine, y organizó el Cine Club de Barranquilla.

Cepeda Samudio perteneció al Grupo de Barranquilla, tertulia de intelectuales de la que formaban parte Gabriel García Márquez, Alfonso Fuenmayor, Germán Vargas, Ramón Vinyes y José Félix Fuenmayor, entre otros; publicó varios cuentos en la revista del grupo, llamada Crónica. Su novela "La casa grande", su obra narrativa más importante, fue el último libro publicado por Ediciones Mito.

Acerca de "La casa grande", García Márquez dijo: "Es una novela basada en la matanza de los peones bananeros en huelga, realmente efectuada por un comando del ejército en 1928, La casa grande no exhibe muertos, y el único soldado que recuerda haber matado a alguien "no tiene el uniforme empapado de sangre sino de mierda [... ]". Esta manera de escribir la historia, por arbitraria que pueda parecer a los historiadores, es una espléndida lección de transmutación poética. Sin escamotear la realidad [...] nos ha entregado su esencia mítica, lo que quedó para siempre más allá de la moral y la justicia y la memoria efímera de los hombres". Sobre su cuento más conocido, "Todos estábamos a la espera" (Barranquilla, 1954), el crítico Eduardo Pachón Padilla dijo: "Posee recursos tomados de la imaginación, estilo pulcro, nítido y mesurado. Todos los asuntos son examinados por un único aspecto: el individuo sumergido en el vórtice de la multitud. En su afán renovador, Cepeda incorporó a la narrativa, técnicas periodísticas norteamericanas.